miércoles, 10 de febrero de 2016

Carolina Marín

Carolina Marín nació en Huelva el 15 de junio de 1993. Comenzó a jugar a este deporte en su colegio cuando era niña, y desde ahí, no soltó la raqueta.

En 2009, con tan solo 16 años se proclamó subcampeona de los campeonatos de Europa junior de bádminton y campeona de los campeonatos europeos de bádminton sub-17.

Desde esta temprana edad, Carolina apuntaba ya a lo más alto. En 2011 repitió oro en el campeonato europeo juvenil que se disputó en Finlandia.

Un año después fue a los Juegos Olímpicos de Londres, en los que abandonó en primera fase. Eso sí, lo hizo contra la china Li Xuerui, la que al final fue la campeona olímpica.  

Ya en 2013 consiguió el título del Grand Prix de oro, la primera española en hacerlo en toda la historia.

Y un año después llegó a lo más grande: el campeonato mundial. Un campeonato perfecto para la española, que se impuso en la final a la china Li Xuerui. Un hecho nunca antes visto en España. No daban a Carolina como favorita, pero supo luchar hasta el final y hacerse con la victoria.






Después de todo esto, lo mejor estaba por llegar. Uno se pregunta qué es mejor que ganar un campeonato mundial. La respuesta es sencilla: ganarlo dos veces. Y eso fue lo que se propuso Carolina nada más llegar a Malasia, donde se jugó el campeonato mundial. Y lo consiguió. Una vez más se subió a lo más alto del podio para llevar al deporte español a la cima. Se impuso a Saina Newhal por 21-16 y 21-19. Clara victoria. Ella ha calificado este mundial como más difícil. Pero es que ella parece que hace fácil lo difícil, y eso está al alcance de muy pocos. Ella sí puede. Puede con todo.





Llegó al Mundial tras una lesión en su pie derecho un mes antes del comienzo del campeonato. Pero gracias a su juego ofensivo, a sus zurdazos potentísimos, a su anticipación, y sobre todo,a su fuerza mental, supo sobreponerse a todas las dificultades y hacerse con el título. Si sigue así, ¿cuál será su meta? La que ella misma se ponga, porque no hay nadie que pueda con Carolina Marín, el fenómeno del bádminton español y mundial.

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Esta entrevista es interesante para conocerla mejor:

Carolina Marín: 'En Indonesia soy tan famosa como Messi o Cristiano aquí'  26/12/2015 En EL MUNDO.

Carolina Marín (Huelva, 22 años) tiene mucha gracia. Por ejemplo, para explicar qué distingue a los hijos únicos. «Somos bastante caprichosos, las cosas como son», dice. También para contar cómo están sus relaciones con la Federación Española de Bádminton. «Hombre, amigos amigos, lo que se dice amigos, no somos». ¿Y qué hay de su condición de número uno mundial? «Pues mira, no llevo un cartelito que lo ponga, así que soy una persona normal». Por último, detallando los motivos que la llevaron a empezar en este deporte: «Por la rareza que tiene. Aquí estábamos acostumbrados a las pelotas, pero no a una cosa con plumas ni a las raquetas alargadas». Apenas hay dudas sobre la condición de Carolina: es la deportista española de 2015. Ha sido para ella un año cerrado con, apunten: su segundo campeonato del mundo (Yakarta), la ascensión al nº uno mundial (11 de junio), dos Super Series Premier (Londres y Malasia) y tres Super Series (Australia, Francia y Hong Kong). 
Charla con EL MUNDO, sin embargo, en su guarida, el pabellón de bádminton del CAR (Centro de Alto Rendimiento de Madrid), un día de principios de diciembre donde hay más de 150 chavales de toda España practicando. Habla también en su condición de candidata a deportista española de 2016, pues se viene Río de Janeiro, sus segundos Juegos (en Londres terminó en la ronda previa), a los que ahora acude como gran favorita al oro.


Periodista: Si consigue ser la gran favorita de oro, ¿se quedará sin retos?

Carolina: Sin retos es imposible, aunque gane el oro. Luego habrá que seguir ganando. Siempre hay retos: conseguir dos oros, conseguir otro Mundial, conseguir más Super Series... Incluso cuando me retire, incluso si gano el oro, seguirá habiendo retos.



P: ¿Va a planificar 2016 de forma diferente por los Juegos?
C: No cambiamos mucho, aunque de eso se encarga Fernando, pero no he estado en Río y no creo que vaya antes de los Juegos. ¿Vacaciones? Unos días en mayo y ya.

Introduce en esa respuesta el nombre de su entrenador, Fernando Rivas. Entrenador y muchas cosas más. «Cuando llegué a Madrid, con 14 años, hizo el papel de padre, ahora hace el papel de amigo, es una persona que está ahí para mí las 24 horas del día», cuenta. Es decir, que se lleva muchas chapas. «¡Y tanto!». La primera campeona mundial no asiática desde 1999 (lo fue en 2014, es decir, lleva dos mundiales consecutivos) es de Huelva, donde se ha comprado una casa y, advierte, donde se va a comprar un coche. Carolina tiene más palabras de elogio para su entrenador, pero tampoco olvida a otra figura que ha visto en este 2015 los mayores frutos de un trabajo que viene desde hace mucho tiempo. Desde hace muchos años.



P: Hablamos de Pablo del Río, el psicólogo del CAR.
C: Llevo siete años trabajando con él y es el guía que me hace ver cosas nuevas para mí. Es la persona que tengo en la cabeza cuando me meto en una pista de bádminton.


P: Hay muchas cosas de este estilo que el espectador no ve.
C: La gente sólo ve la medalla, o como mucho los partidos, pero yo aquí [en el CAR] paso la mayor parte de mi vida, muchas horas cada día, y nadie sabe todas las cosas que hacemos entre estas paredes.

Hablando de Whatsapp, se ha llevado una alegría tremenda cuando ha visto que, entre los nuevos emoticonos, está la pelota de bádminton. Perdón, la pelota no. El volante. ¿Por qué se llama así? «¡Yo qué sé! Pregúntale a quien se lo puso. Yo sé que el récord de velocidad que ha alcanzado es de 493 kilómetros por hora, y que él, el volante, fue lo que me llamó la atención para empezar en esto del bádminton. Me gustó la rareza del deporte, no estábamos acostumbrados a una cosa con plumas», resuelve de nuevo con esa gracia que tiene, la misma que aplica para contar que ella sólo come gambas si son de Huelva. Si hace falta pedirles el DNI, se les pide. Esté donde esté. Vaya donde vaya.

P: En este 2015, ¿se ha hecho amiga de la Federación ya?
C: Hombre, amigos amigos, lo que se dice amigos, no. Buscaron el conflicto [por los sponsors, por el salario, cargo y consideración de su técnico...] y me hicieron mucho daño, pero bueno, nos respetamos y seguiremos yendo de la mano. Yo tampoco quiero desvincularme.
Carolina Marín en 2015 pidió la dimisión del presidente de la Federación Española de este deporte, David Cabello, y advirtió que si su entrenador, Fernando Rivas, se iba, ella también lo haría.
Carolina Marín se manifestó así en un encuentro sobre el éxito en el deporte español en el que explicó que existe un conflicto con la Federación Española de Bádminton que tiene, por temas económicos.
La deportista reveló que ese conflicto comenzó en octubre cuando, después de ganar el mundial, intentó buscar patrocinadores y se le pusieron impedimentos.
En ese tiempo la deportista aseguró que había sido amenazada a través de su representante y que se había sentido «como una porquería». «He llorado muchas veces y he tenido pesadillas», añadió Carolina Marín, que ha lamentado que quien debería buscar una solución no lo está haciendo, lo que está afectando al bádminton español. Por ello, y tras nueve meses de enfrentamientos, consideró que «lo mejor a día de hoy es que el presidente de la Federación y otras personas dimitan». Su entrenador, Fernando Rivas, opinó que David Cabello había hecho muchas cosas buenas por este deporte, pero cree que se ha hecho una mala gestión del éxito de Carolina Marín, lo que ha llevado a que se produzca una mala relación.

Carolina dice que la gente no se cree que en Indonesia es de famosa como Cristiano y Messi aquí, Tanto es así que el Ministro de Deportes de Indonesia, de visita en España hace unos meses, renunció a ir al Bernabéu sólo para poder conocer a Carolina. 

En la conversación sale de nuevo Río de Janeiro. Dice que no siente presión. «En los Juegos de Londres, perdí en la primera fase y al día siguiente estaba entrenando». 

Sonríe cuando le recuerdan que, en todas las notas periodísticas, salen a relucir sus virtudes. «Pero tengo más defectos que virtudes, que quede claro. Soy muy cabezona, muy exigente conmigo misma. Incluso en mis días malos me exijo mucho, y a veces me voy a la habitación cabreada, no quiero que nadie me hable. A veces, también, llevo cosas personales a la pista, o creo que con concentrarme un poquito es suficiente, y no», cuenta pocos días antes de cerrar el año natural en la Copa de Maestros de Dubai, donde perdió en semifinales ante la japonesa Nozomi Okuhara. Es Carolina una persona especial. «A veces me gusta salirme del carril, por ejemplo cuanta menos gente haya en cualquier sitio, mejor», cuenta, aunque en Huelva no lo consigue, porque Huelva es la única ciudad occidental donde es tan conocida como en algunas asiáticas. Con un añadido: «Allí la gente me pega voces por la calle. Me llaman para hacerse una foto, porque allí somos así. A mí me encanta que así sea».